sábado, 25 de agosto de 2007

8:47

Nadie está por aparecer.
Eso es seguro.
Incluso pasarán días, tal vez semanas; y entonces, ya no parecerá una mera suposición efímera, a la que alguien, alguna vez, dedicó un pensamiento descabellado.
Será un balde de agua fría.
Uno de esos que a veces producen catarsis, o que dejan a la gente estremecida.
O movida.
¿Quién sabe?
Pero mientras tanto, nada.
Sólo luz cantábrica. Asfixia. Reverberancia.
La única sombra, que violenta la pared de la esquina, está a punto de esfumarse también.
De un momento a otro.

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