Mi madre las observaba con desdén. Como si su presencia inesperada en la línea, les confiriera un aspecto grotesco que se incrementaba irremediablemente entre la multitud.
Era evidente que no terminaría. Que la fila seguiría avanzando y que, paradójicamente, iríamos hacia atrás. En retroceso.
¿Y si alguna de ellas tenía familia? ¿O si alguien las esperaba al otro lado? ¿Tenían menos derecho de estar ahí que nosotros?
Sólo mi madre disparó. La fila se dividió entre terror y muerte; y cuando parecía que ya no quedaba ninguna, salió del jardín y simplemente sonrió.
Control de plagas, había dicho. Ése era el eufemismo.
Aviso de redirección: Verónica tiene nuevo blog.
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Os traigo una buena noticia, Verónica Marsà, querida amiga bloggera a la
que muchos recordaréis por el blog CENSURA SIGLO XXI y los más antiguos
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Hace 2 años