De pie, frente a la pared, sus ojos no alcanzan a ver sus pies. Entre los despojos fantasmales de su cuerpo y un paso atrás, se esconde un abismo intermitente.
Es del todo intrascendente, esta clase de existencia residual. Deslizándose inadvertido, calle arriba o calle abajo, sin perder nunca de vista ese anclaje terrenal que, paradójicamente, no logra sujetalo de las plantas de los pies.
Algunas veces, resulta reconfortante ser invisible, en esta muerte incidencial.
Aviso de redirección: Verónica tiene nuevo blog.
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Os traigo una buena noticia, Verónica Marsà, querida amiga bloggera a la
que muchos recordaréis por el blog CENSURA SIGLO XXI y los más antiguos
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Hace 2 años